Cómo superar la ansiedad social es una cuestión que no puede responderse de manera única y directa. Se trata de un trastorno conectado con la personalidad, el carácter y las vivencias de cada uno. Pero, en general, quienes lo padecen coinciden en la percepción de las situaciones sociales como algo muy difícil de afrontar.
Quizás sufres en silencio y no sabes (o no puedes) hacer frente a esas sensaciones que, muchas veces, te superan. Si este es tu caso, debes saber que no estás solo. Y, aunque creas que no, a lo largo de las siguientes líneas, verás que puedes cambiar las cosas.
Las heridas de la ansiedad social
En un mundo en el que las relaciones sociales forman parte del día a día en todos los ámbitos (trabajo, colegio, ocio), no poder afrontarlas significa vivir en una continua intranquilidad.
A ello puede unirse, además, la contradicción entre lo que deseas y lo que realmente haces. Porque no ser capaz de sobrellevar ciertos escenarios no significa no querer estar en ellos.
Imagina que el lunes te invitan a una fiesta que se celebra el viernes por la noche. Te pasas la semana nervioso, pensando en cuánto te apetece. Pero conforme se va acercando la fecha, tus temores van en aumento y comienzas a imaginar escenarios desagradables.
Finalmente pueden pasar varias cosas: quizás decidas quedarte en casa, o acudes a la fiesta, pero te marchas rápidamente. Los escenarios pueden ser muy variados pero lo importante es que, la ansiedad gana.
En cualquier caso esa ansiedad siempre genera heridas: problemas de autoestima, sentimientos de culpa e incapacidad, angustia o depresión.
Pautas para superar la ansiedad social
Existen algunas pautas que puedes seguir para responder a la pregunta sobre cómo superar la ansiedad social. Pero recuerda que colocar tiritas sobre las heridas no va a curarlas, solo esconderlas. Debes realizar un trabajo diario, incidiendo sobre las situaciones cotidianas.
Practica
No se trata de imponerse grandes metas, ni debes llegar al final del camino en un día. Cada palabra compartida, cada interacción, son pasos importantes.
En tu vida cotidiana vas a tener muchas oportunidades para poner en práctica tus habilidades sociales. Por ejemplo, saluda a tus vecinos cuando te cruzas con ellos en el portal, o pasa el descanso con tus compañeros de trabajo. Piensa que no tienes que conseguirlo todo el primer día, pero aceptando participar en situaciones sociales, aunque al principio no interactúes demasiado, te irás acostumbrando a vivirlas.
Con el paso del tiempo notarás que, cada vez, te cuesta un poco menos.
Respira
Aprender a respirar, a combatir el estrés y a relajarte, será básico para comenzar a practicar. Cuando empieces a involucrarte en situaciones sociales a veces necesitarás tomarte un tiempo para calmarte. Durante ese paréntesis aprovecha para