¿Qué es la ASERTIVIDAD y para qué sirve? – LOS DERECHOS ASERTIVOS

¿Qué es la ASERTIVIDAD y para qué sirve? ✅ LOS DERECHOS ASERTIVOS

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Imagínate que estás en un restaurante y llevas esperando más de 30 minutos por tu comida y cuando te llega, encima está fría. O que tu compañero de trabajo te vuelve a pedir que le sustituyas el sábado porqué tiene “algo importante”, o que el típico amigo “caradura” te pide “otro” favor justo el día que tenías planes con tu pareja.

¿Cómo reaccionarías? ¿Qué harías en estos casos?

Comportamiento pasivo y agresivo

Hay dos tipos de comportamientos muy habituales ante estas situaciones, uno de ellos sería el comportamiento sumiso, en el que la persona se calla y se resigna ante la situación.

Las personas pasivas no expresan adecuadamente lo que sienten o lo que quieren, o lo expresan de forma insegura y desde la culpabilidad.

El otro tipo de comportamiento sería el agresivo, en el que la persona reacciona de forma muy directa y segura, pero de manera inadecuada, llegando a mostrar hostilidad y, en ocasiones, agresividad.

Estas personas se toman los conflictos como un ataque personal en el que solo se puede ganar o perder, por lo que no respetan los derechos ni los sentimientos de los demás.

Reacciones sumisas, reacciones agresivas

Ante las situaciones propuestas al principio, una persona sumisa, lo más probable es que se comiera sin rechistar su comida fría, y después estuviera reconcomiéndose por dentro toda la tarde, pensando en lo injusta que es la vida.

Sin embargo, la persona agresiva habría puesto el grito en el cielo, insultado al camarero, gritado al cocinero, y amenazado al encargado, mientras el resto de los clientes del restaurante se sienten abochornados por el numerito. Después esta persona es muy probable que no se sienta del todo satisfecha por como gestionó la situación, aunque le cueste reconocerlo.

¿Cómo reaccionarías tú?

Si estás leyendo este artículo, quizás te reconozcas en alguna de estas formas de actuar. Pero como vemos, ninguna de estos dos tipos de reacciones nos ayuda realmente a disfrutar de un agradable almuerzo, sino todo lo contrario.

El comportamiento asertivo

Pero hay una forma de comportarnos alternativa a estas dos, es una habilidad que nos permite expresar nuestros derechos, deseos, opiniones, necesidades y sentimientos de forma amable, consciente, clara, honesta y sincera, y además, sin atentar contra los derechos de los demás.

Esta habilidad se llama asertividad, y, la buena noticia es que se puede aprender y mejorar.

Una persona asertiva habría comunicado de forma directa y tranquila que su comida estaba fría, solicitando que, por favor, la calentaran, o le cambiaran el plato. Se habría expresado en tono firme, pero amable, y sin miedo a la reacción del camarero, ya que está en su derecho de recibir en óptimas condiciones lo que está pagando.

¡ALGO MUY IMPORTANTE A TENER EN CUENTA!

El comportamiento asertivo no te garantiza el éxito en todas las situaciones de la vida, ya que no siempre el resultado de una interacción depende exclusivamente de nosotros.

Por mucha asertividad que usemos siempre habrá gente que seguirá dándonos un no como respuesta si les pedimos algo que va en contra de sus intereses o valores. Y está en su derecho.

Pero el ser asertivos sí nos garantiza que hemos hecho lo mejor para nosotros y hemos defendido nuestros derechos, independientemente del resultado, lo que hace que nuestra confianza y autoestima aumenten notablemente.

La asertividad puede depender del contexto

A veces puede ocurrir que la falta de asertividad se da en unos contextos y no en otros, ya que hay situaciones o personas que nos provocan más ansiedad o estrés, con lo que desarrollamos ese tipo de comportamiento, llegando a poder ser sumisos en el trabajo, agresivos en la pareja, y asertivos con nuestros amigos, por ejemplo.

Y te podrías preguntar ¿por qué tengo problemas de asertividad?

La asertividad forma parte de nuestro aprendizaje social, aprendemos a ser asertivos, pasivo o agresivos dependiendo de nuestros modelos de conducta en la infancia.

A muchos nos educaron en la idea de que siempre debíamos intentar satisfacer y priorizar a los demás, que no era correcto anteponer nuestras propias necesidades por encima de las de los otros, y que cuando alguien decía algo que no nos gustaba debíamos callar.

Se ha relacionado ampliamente la falta de asertividad con diferentes trastornos emocionales, como la ansiedad, la depresión y los problemas de autoestima.

De hecho, tener baja autoestima está directamente relacionado con la falta de asertividad, ya que cuando no te sientes valioso, no defiendes tus derechos y te dejas pisotear, y esto hace que tu autoestima se deteriore aún más, provocando que entres en un círculo vicioso difícil de romper.

En este artículo que publiqué en la prestigiosa web «Psicología y Mente» puedes leer el vínculo entre la autoestima y la asertividad.

Asertividad y esquemas mentales

Otros motivos para tener falta de asertividad son algunos patrones de pensamientos y esquemas mentales que desarrollan las personas desde la infancia, por ejemplo, una persona pasiva podría pensar: “Es necesario ser querido y apreciado por todo el mundo” mientras que la agresiva podría pensar: “Es horrible que las cosas no salgan como a mí me gustaría”.

Estos esquemas mentales harán que no sepan defender sus derechos asertivamente.

Asertividad y roles de genero

Por otro lado, sabemos que lamentablemente en pleno siglo XXI todavía existen algunos roles de comportamientos basados en estereotipos de género, que aseguran que las mujeres deben ser sumisas mientras que los hombres deben ser agresivos.

Por último, también podría ocurrir que la persona desconozca sus derechos asertivos, o los rechace directamente. Diversos autores han propuesto listas de derechos asertivos, a continuación, veremos una recopilación de algunos de ellos.

Los derechos asertivos

  • Tengo derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
  • Tengo derecho a tener y expresar mis propias opiniones.
  • Tengo derecho a interrumpir, a pedir información y aclaraciones.
  • Tengo derecho a detenerme y pensar antes de actuar.
  • Tengo derecho a experimentar y expresar mis propios sentimientos, así como a ser su único juez.
  • Tengo derecho a decir “no” sin sentir culpa.
  • Tengo derecho a pedir lo que quiero.
  • Tengo derecho a tener mis propias necesidades y que estas necesidades sean tan importantes como las de los demás.
  • Tengo derecho a no satisfacer las necesidades y expectativas de otras personas y comportarme siguiendo mis propios intereses.
  • Tengo derecho a no anticiparme a los deseos y necesidades de los demás y a no tener que intuirlos.
  • Tengo derecho a protestar cuando se me trata injustamente.
  • Tengo derecho a sentir y expresar el dolor.
  • Tengo derecho a no estar pendiente de la buena voluntad de los demás.
  • Tengo derecho a elegir entre responder o no hacerlo.
  • Tengo derecho a cambiar de opinión o a cambiar mi forma de actuar.
  • Tengo derecho a no tener que justificarme ante los demás.
  • Tengo derecho a obtener aquello por lo que pagué.
  • Tengo derecho a cometer errores.
  • Tengo derecho a hacer menos de lo que soy capaz de hacer.
  • Tengo derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, mientras no se violen los derechos de otras personas.
  • Tengo derecho a gozar y disfrutar.
  • Tengo derecho a mi descanso y aislamiento cuando así lo decida.
  • Tengo derecho a tener éxito y superarme, aun superando a los demás.
  • Y también tengo derecho a decidir no ser asertivo cuando me plazca, recuerda que estos son derechos, no obligaciones.

¿Alguna vez te has visto en una situación en la que podrías haber recurrido a estos derechos, pero no lo hiciste por miedo, desconocimiento, o porque sentías que no debías hacerlo?

¿Para qué sirve ser asertivo?

Ser asertivo nos ayuda a exponer a los demás cuáles son nuestras verdaderas necesidades y deseos. Nos ayuda a demostrar confianza en nosotros mismos, respeto y dignidad.

Este tipo de comportamiento aumenta la probabilidad de tener éxito en nuestras peticiones, demandas y debates (o discusiones) ya que solicitamos legítimamente que se respete nuestro punto de vista, y respetando el de los demás.

La asertividad nos ayuda a dar nuestra opinión, hacer una petición o pedir un favor a alguien de forma natural.

Sirve para expresar nuestras quejas, críticas o desacuerdos, y rechazar peticiones sin que los demás se sientan molestos con nosotros.

También sirve para mostrar nuestras emociones agradables, como la atracción por alguien, la alegría o el agradecimiento, sin sentirnos vulnerables o expuestos emocionalmente.

El comportamiento asertivo nos ayuda a resolver los problemas cotidianos antes de que aparezcan la ira o el enfado, y perdamos el control de la situación.

En definitiva, la asertividad nos ayuda a defender nuestros derechos, expresar nuestras opiniones y realizar sugerencias de forma honesta, respetando a los demás pero, sobre todo respetando nuestras propias necesidades.

Puedo ayudarte a ser más asertivo

Como hemos comentado antes, la asertividad puede entrenarse, y es un proceso muy satisfactorio que te llevará a controlar muchos aspectos de tu vida.

En mi consulta de Las Palmas de Gran Canaria encontrarás las herramientas para alcanzar el tan deseado comportamiento asertivo.

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Guillermo Orozco

Guillermo Orozco

Psicólogo en Las Palmas de Gran Canaria. Graduado por la UNED y Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en trastornos de ansiedad y trastornos del estado de ánimo. Experto en Terapia de Pareja y Terapia Online.

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