Depresión es un término habitualmente mal usado y entendido en el lenguaje coloquial
Es muy normal escuchar expresiones como “estoy deprimido” o “estoy pasando una depresión” cuando la gente se refiere a que están tristes, o que su estado de ánimo no está en su mejor momento. Pero ¿qué es exactamente la depresión?
Ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos, por lo general, son pasajeros y desaparecen en unos días.
Por consiguiente, sentirse triste o deprimido no es un síntoma suficiente para diagnosticar una depresión. Esta distinción es importante, pues la tristeza más o menos profunda está presente en muchos otros trastornos: esquizofrenia, trastornos de ansiedad, obsesiones, etc., así como en otras condiciones médicas.
Los trastornos depresivos no deben confundirse con el trastorno bipolar y otros trastornos relacionados. Si no hay episodios de euforia descontrolada (fases maníacas), estamos hablando de depresión.
La depresión representa un complejo síndrome en el que sentirse deprimido o triste, es sólo uno los numerosos y variados síntomas. Por lo tanto, esta debe ser entendida como un conjunto de síntomas que interfieren gravemente la vida del que la sufre. Hay diferentes teorías que intentan explicar las causas de la depresión, desde perspectivas psicoanalíticas a otras más conductuales.
Los principales síntomas depresivos son:
1.- Síntomas anímicos:
La tristeza es el síntoma anímico principal de la depresión, siendo la queja principal de las personas con este problema. Pero a veces el estado de ánimo predominante en las personas deprimidas es de irritabilidad, sensación de vacío o nerviosismo.
En casos muy graves pueden llegar decir que no sienten nada, incluso que ya ni siquiera son capaces de llorar. Otra clave que distingue a la depresión de la tristeza es la incapacidad de sentir emociones positivas.
2.- Síntomas motivacionales y conductuales:
La apatía y la falta de motivación son síntomas muy importantes en las personas deprimidas. Estos síntomas suelen estar conectados a pensamientos negativos de desesperanza, falta de control y falta de sentido de la vida. Cualquier tarea diaria puede resultar casi imposible de realizar para estas personas. Levantarse de la cama, tomar decisiones, asearse… pueden ser obstáculos insalvables en los casos más graves.
3.- Síntomas cognitivos:
La capacidad de pensar de las personas deprimidas está afectada, en mayor o menor medida. La memoria, la concentración o la atención pueden disminuir gravemente dificultando la realización de las tareas más simples. También el pensamiento rumiativo sobre el pasado es característico de las personas deprimidas.
El contenido de los pensamientos de una persona depresiva está también alterado. La valoración que hace una persona deprimida de sí misma, de su entorno y de su futuro suele ser negativa. La autodepreciación, la autoculpación y la pérdida de autoestima también son contenidos clave en los pensamientos de una persona deprimida.
4.- Síntomas físicos:
El síntoma más habitual es los problemas de sueño. Normalmente se trata de insomnio, pero a veces puede darse somnolencia diurna. Otros síntomas físicos comunes son la fatiga, pérdida de apetito y disminución de la actividad y el deseo sexuales.
Habitualmente los deprimidos sufren molestias corporales difusas: dolores de cabeza, de espalda, náuseas, vómitos, estreñimiento, micción dolorosa, visión borrosa, etc.
5.- Síntomas interpersonales:
Una importante característica de las personas deprimidas es el deterioro en las relaciones con los demás. Muchas de ellas están afectadas por una disminución de su interés por la gente. Estas personas normalmente sufren el rechazo de la gente que las rodea, lo que a su vez provoca mayor aislamiento.
Depresión y suicidio
Los síntomas depresivos más graves de todos son las ideas de muerte, los deseos de muerte y las ideas suicidas, puesto que existe un riesgo real de que la persona actúe con éxito.
Resumiendo
Casi todas las personas con depresión se sienten tristes, abatidas, deprimidas o con algún sentimiento similar, incluso miserables. En ocasiones pueden decir que simplemente perdieron el interés en casi todas las actividades que antes les gustaban.
Todas presentan distintos síntomas más, por ejemplo: fatiga, incapacidad para concentrarse, sentimientos de poca valía o culpabilidad y deseos de muerte o pensamientos de suicidio.
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