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PENSAMIENTOS CATASTRÓFICOS ¿Qué son y cómo manejarlos?

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Hay personas que, si cometen un simple error en el trabajo, pueden llegar a pensar que van a ser despedidos o que, por culpa de ese error, la empresa irá a la quiebra.

El pasajero de un avión podría interpretar las turbulencias del vuelo como señal inequívoca de que algo va mal en el avión y va a haber un accidente aéreo inminente.

Quizás algún adolescente podría pensar que, si mete la pata en una conversación con su grupo de amigos, éstos le van a rechazar y se quedará solo para siempre.

Estos son, simplemente, algunos ejemplos de una distorsión cognitiva muy habitual llamada catastrofismo, que consiste en llegar a la peor conclusión posible, generalmente con información muy limitada o sin una razón objetiva para angustiarnos realmente. Las personas catastrofistas en una situación incómoda, pero no necesariamente peligrosa, suelen interpretar que están en medio de una terrible crisis. Esta forma de pensar suele generar mucho malestar en la vida de quien lo experimenta. 

El catastrofismo no es un trastorno psicológico en sí mismo, por mucho que nos haga sufrir, pero suele estar presente en muchas afecciones de salud mental.

En el artículo de hoy veremos las características más frecuentes, las causas y algunas técnicas que nos ayudarán a identificar y manejar esta forma de pensamiento tan desagradable.

¿Qué es el catastrofismo?

Catastrofizar significa que cada situación que te ocurra en la vida será interpretada de la peor manera y con los peores resultados posibles.

Los seres humanos tenemos la maravillosa capacidad de poder considerar las consecuencias de una decisión o adelantarnos a los eventos que podrían ocurrir en el futuro para estar preparados. Pero, si no puedes dejar de pensar en el peor resultado posible, sin importar lo improbable que éste sea, probablemente estés sufriendo esta distorsión del pensamiento.

Como ya he comentado, padecer algún trastorno psicológico como la depresión mayor, trastornos de ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo… puede ser un factor de riesgo para desarrollar esta forma irracional de pensar. También pueden tener un mayor riesgo de caer en el catastrofismo las personas que han experimentado eventos traumáticos o han estado expuestos a estos patrones de pensamiento en la infancia.

El pensamiento catastrófico

Las personas catastrofistas dan por hecho, no solo que lo peor que pueden imaginar va a suceder, si no que cuando ocurra no serán capaces de afrontarlo.

Al centrarse en esa única interpretación, pierden de vista otras posibles alternativas que puedan darse e ignoran todas aquellas evidencias del pasado que demuestran que han sabido afrontar situaciones similares antes. También es habitual que confundan posibilidad con probabilidad: Es posible que caiga un meteorito en la tierra y acabe con la humanidad, pero la probabilidad es extremadamente pequeña. Así que no merece la pena sufrir por esto, ¿o sí?

La catastrofización puede comenzar como un pequeño pensamiento y luego escalar rápidamente. Así que tenemos que tener cuidado con los pensamientos que alimentamos. Si tienes un desacuerdo con tu pareja a la hora de elegir el restaurante donde vas a celebrar tu aniversario, podrías pensar que ya no os comunicáis como antes, que la relación se está deteriorando. Miras la cara de tu chica y ves un gesto serio, seguro que está harta de la relación, ya no te aguanta, te va a dejar, seguro que tiene un amante…

Causas del pensamiento catastrófico

Como siempre que hablamos de las causas de los trastornos psicológicos, tenemos que tener en cuenta varios factores, ya que no hay una única variable que entre en juego a la hora de desarrollar estos patrones de pensamiento.

Además de sufrir algún trastorno psicológico determinado, como los que comentamos anteriormente, diversos autores relacionan algunos factores con la probabilidad de desarrollar el catastrofismo:

  • El primer factor sería sufrir algunas diferencias en la química cerebral o modificaciones en los procesos psicológicos básicos, como la percepción, la atención y la memoria.
  • Otro factor a tener en cuenta sería la educación, ya que podríamos haber aprendido a ponernos en lo peor como un mecanismo de afrontamiento utilizado por familiares o conocidos cercanos. Algunas personas que hayan vivido ciertas situaciones angustiantes, como ver a ambos padres perder sus trabajos, sufrir un proceso de separación doloroso, tener un progenitor alcohólico, haber sufrido maltratos físicos o psicológicos, u otras experiencias vitales traumáticas. Podrían desarrollar una forma de pensar catastrofista que, en cierto momento incluso, les pudo ayudar a sobrellevar su situación, pero que ahora ya no les hace falta. Asimismo, existen varios estudios que relacionan el catastrofismo con las personas que padecen dolores crónicos.
  • Un último factor a tener en cuenta, que podría ser causa de pensamientos catastróficos, sería tener baja autoestima. La convicción de no ser capaz de enfrentar los problemas cuando lleguen, podría hacer que las personas con baja autoestima se sientan indefensas y atemorizadas, y anticipen consecuencias mucho más graves como resultado de cualquier reto que se les presente.

Cómo dejar de catastrofizar

Todos tenemos pensamientos catastróficos en algún momento, pero lo más normal es que los descartemos rápidamente o los veamos como exageraciones. Pero a las personas catastróficas esto no les sale de forma natural, así que tienen que hacer un esfuerzo para manejar estos pensamientos.

  • Lo primero que nos podría ayudar es aprender a identificar nuestra tendencia a sacar conclusiones exageradas. Posteriormente, tenemos que buscar explicaciones más realistas, basándonos en estadísticas y datos objetivos.
  • Hablar sobre nuestra forma de pensar con familiares o amigos de confianza, con el objetivo de ver las cosas de forma diferente, nos ayudará a tener una visión realista de lo que estamos temiendo.
  • Trabajar en mejorar nuestra autoestima y conseguir tener más confianza en nosotros mismos, nos ayudará a sentirnos más preparados ante cualquier situación que se nos presente.
  • Asimismo, trabajar en aumentar nuestra tolerancia a la incertidumbre sería clave para vivir más centrados en el presente y dejar a un lado el miedo a un futuro incierto.
  • Para algunas personas que tengan dificultad real a la hora de enfrentarse a situaciones complejas, puede ser de gran ayuda aprender estrategias eficaces de toma de decisiones y resolución de problemas.
  • Practicar la meditación mindfulness nos puede ayudar a observar nuestros pensamientos sin aferrarnos a ellos, y experimentar nuestras emociones sin juzgar. Esto hará que la angustia provocada por los pensamientos no nos anule y podamos enfocarnos en vivir en base a nuestros valores personales.

Conclusión

Antes de terminar, como siempre recomiendo, si ves que estos patrones de pensamiento están dificultando tu día a día, o quieres mejorar tu calidad de vida, busca la ayuda de un psicólogo cognitivo conductual.

La TCC ha mostrado su eficacia en el manejo del catastrofismo gracias a técnicas como la reestructuración cognitiva, la detección y reducción de las distorsiones cognitivas, y el reconocimiento de cómo interactúan nuestros pensamientos y conducta con nuestras emociones.

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Guillermo Orozco

Guillermo Orozco

Psicólogo en Las Palmas de Gran Canaria. Graduado por la UNED y Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en trastornos de ansiedad y trastornos del estado de ánimo. Experto en Terapia de Pareja y Terapia Online.

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