El Mindfulness está suscitando un creciente interés en los últimos años debido a que diversas investigaciones científicas muestran los beneficios derivados de su práctica. Esta técnica no es algo novedoso, ya que se basa en tradiciones budistas de hace 2500 años donde la meditación era habitual.
Debemos tener en cuenta que la práctica del Mindfulness no se vincula a aspectos religiosos, sino a mejorar la calidad de vida de las personas. Da igual la creencia espiritual, religiosa o la ausencia de éstas, la práctica de estas técnicas milenarias está demostrando su utilidad en la mejora de nuestro día a día.
Podemos definir el Mindfulness como la focalización de la atención en el momento presente. Es una cualidad natural de la mente humana que nos invita a estar presentes en nuestra experiencia y sentir lo que esté sucediendo, momento a momento, sin juzgar.
Con la práctica conseguimos la atención plena, centrándonos en lo que está sucediendo aquí y ahora, aceptándolo abiertamente, sin intentar cambiar nada. Nos concentramos en lo que sucede en nuestro alrededor, en nuestro cuerpo y en nuestra mente, renunciando al ruido y a las distracciones.
Una vez aclarado esto, vamos a puntualizar ciertos aspectos que no se identifican con dicha práctica, pero que es común asociarlos debido al “folclore” que hay a su alrededor.
Lo que el Mindfulness no es
- No es dejar la mente en blanco, el objetivo no es tratar de no pensar en nada, sino de que nuestros contenidos mentales no nos perturben, aunque aparezcan constantemente imágenes y pensamientos.
- El Mindfulness no entra en conceptos religiosos o místicos.
- No significa estar en trance, no se trata de alterar o abandonar la experiencia en este momento.
- No es buscar el éxtasis o la iluminación, ni apartarse de la vida.
- No es escapar del dolor, sino de la resistencia psicológica ante él. Cuanto más nos resistimos al dolor, más lo intensificamos, convirtiendo el dolor en sufrimiento.
- No es suprimir las propias emociones sino aceptarlas y tratarlas con compasión.
- No es una técnica de control, se trata de alcanzar un estado mental en el que no hay necesidad de controlarlo todo.
- No es una técnica de relajación, aunque con la práctica va surgiendo la calma y la serenidad.
- No es pensamiento positivo, ya que se va más allá de cualquier pensamiento y juicio de valor. Los pensamientos, sean del signo que sean, son tratados como meros eventos mentales pasajeros.
- No se trata de ser conscientes de uno mismo, ya que se puede ser muy consciente de uno mismo y no estar practicando mindfulness. Lo más importante a la hora de practicar es la intención de aceptar la experiencia sin pretender nada, ni siquiera ser conscientes de uno mismo.
Una vez entendido el concepto real del Mindfulness, sin ningún artificio o “magia” a su alrededor, vamos a explicar unos principios básicos para poder adentrarnos en su práctica y, así, poder beneficiarnos de ella.
Principios básicos del Mindfulness
Lo más importante a la hora de practicar Mindfulness es hacerlo con una actitud que nos ayude a obtener sus beneficios y, para ello, debemos hacerlo respetando los siguientes puntos:
Mente de principiante
Este principio nos anima a desprendernos de las expectativas basadas en experiencias previas, y mantener nuestra mente libre de éstas. Con esta actitud conseguimos que los pensamientos, expectativas o conocimientos previos, no nos impidan ver las cosas tal como son realmente.
Libre de juicios
Si abandonamos la tendencia a categorizar y a evaluar las experiencias como buenas o malas, nuestra respuesta ante una situación o experiencia no se basará en etiquetas valorativas, sino en cómo experimentamos realmente la situación en sí misma.
Paciencia
Tenemos que intentar respetar los procesos naturales de los eventos mentales y fisiológicos internos, sin forzarlos, precipitarlos o cambiarlos. Consiste en estar abierto a cada momento particular, sin pretender modificar nada.
Confianza
Es importante confiar en uno mismo, tomar responsabilidad de nuestras propias acciones y fiarnos de nuestro criterio.
No esforzarse
La práctica del mindfulness es un trabajo diario, pero implica abandonar los esfuerzos realizados para obtener resultados.