Luz de GAS ➤ qué es y cómo detectarlo para hacerle frente

Luz de gas: qué es y cómo detectarlo

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La luz de gas es un tipo de maltrato emocional y psicológico en el que se hace dudar a la víctima de su propia realidad, quien llega a creer que su percepción, sus emociones, sus ideas o su memoria están distorsionadas.

Luz de gas: qué es

El término está tomado de la obra de teatro Gas Light, estrenada en 1933, que más tarde llevó al cine el director George Cukor, con Ingrid Bergman como protagonista. El guion de este largometraje nos acerca a la vida de un matrimonio en el que el marido manipula elementos del entorno, modificando la intensidad de la luz o creando extraños ruidos en el ático. Así hace pensar a su mujer que todo procede de su imaginación, hasta el punto de convencerla de que tiene un problema mental. Desde entonces el término luz de gas, o ‘gaslighting’, se utiliza para descubrir este tipo de manipulación.

La luz de gas es un maltrato psicológico muy maquiavélico y sutil, que se prolonga en el tiempo, y que puede ser difícil de detectar por la persona afectada. Es una forma de abuso, que además se da en el ámbito privado, y mientras el agresor trata de destruir a su víctima cuando están solos, en público tiende a elogiarla y a mostrarse como una persona ideal, llena de cualidades positivas. Esto complica las cosas para la víctima de luz de gas, porque no hay huellas físicas del maltrato, y tampoco hay testigos que puedan demostrar que la persona está siendo manipulada y acosada mentalmente. Por eso es tan importante que todo el mundo sepa cómo identificar y detectar las técnicas del ‘gaslighting’.

El objetivo principal de la luz de gas es anular y someter a la víctima, que esta dude tanto de sí misma que pueda tener todo el poder sobre ella. Puede darse en todo tipo de relaciones humanas: en la pareja, en la familia, entre amigos, o en el entorno laboral. Es mucho más frecuente en el ámbito de la pareja. En muchos casos, la persona que agrede tiene un perfil narcisista, y la luz de gas es tan solo una de las muchas técnicas que pueden utilizar para dominar a la otra persona.

Al principio, la víctima no es consciente de que está siendo maltratada, pero con el tiempo irá sintiendo un fuerte malestar, acompañado de un perpetuo estado de duda y confusión. Las personas que sufren esta clase de manipulación pueden desarrollar ansiedad, depresión, inestabilidad emocional, una grave falta de autonomía, aislamiento social, inseguridad y baja autoestima, entre otros síntomas. Se trata, pues, de una estrategia de maltrato muy sibilino, pero absolutamente destructivo.

Situaciones frecuentes en la luz de gas

Afortunadamente, la luz de gas suele seguir siempre unos patrones muy similares, así que reconocerlos a tiempo puede ser clave para ponernos a salvo. Estas son algunas de las banderas rojas que nos ponen sobre aviso.

Mentir en cosas sin importancia

El abusador o abusadora tiende a mentir en pequeños detalles, cotidianos y sin aparente relevancia, pero luego lo relatan con tanta convicción que la víctima llega a dudar de lo que realmente ha ocurrido. Además, llevará la contraria a la víctima en todo, hasta en temas muy insignificantes. Al final, la víctima, para evitar discusiones, acaba mintiendo y adaptándose a su descripción de los hechos. La fina línea entre la realidad objetiva y la inventada por el maltratador, comienza a difuminarse.

No se responsabiliza de sus hechos

Este rasgo, habitual en las personas narcisistas, se sirve mucho de la luz de gas. Todo conflicto que surja será siempre culpa de la otra persona. Cualquier reacción ante estas acusaciones injustas, será utilizada por el maltratador como la prueba de que ‘necesitas ayuda’, ‘cada vez estás peor’, ‘no sé qué te pasa’, ‘me estoy empezando a preocupar’.

Proyección

La proyección psicológica también suele estar presente en relaciones tóxicas. La usan las personas incapaces de enfrentar sus conflictos, carencias y estados de ánimo, así que lo trasladan a los demás en forma de críticas destructivas y comentarios dañinos. Adaptada a la luz de gas, el maltratador acusa a su víctima de cruel, egoísta, retorcida e incluso abusiva, justo los rasgos que le definen a él.

Negación

Niega las cosas que ha dicho o ha hecho, aunque la víctima tenga la más absoluta certeza, o incluso pruebas de ello. “Yo nunca dije eso”, “no te inventes cosas”, “eso no fue así”, son frases muy habituales durante el proceso de luz de gas. Esto, repetido en el tiempo, hace que la persona que recibe este hostigamiento comience a ceder para no discutir, y a dudar de su memoria, de sus capacidades y de su manera de interpretar la realidad.

Humor dañino

Esta situación también es muy común y reconocible. Los abusadores lanzan comentarios inapropiados e hirientes, asegurando que “solo es una broma”. Si la persona replica o se ofende, se le acusará de no tener sentido del humor, de estar amargada, o de ser demasiado sensible. Esto puede ocurrir en privado, pero también es frecuente en público, donde la humillación puede ser más intensa.

Invalida a su víctima

La víctima de luz de gas también sufre un constante menosprecio intelectual, independiente de la formación que tenga, de su cultura o su nivel de conocimiento sobre un tema. Siempre será puesta en tela de juicio, lo que provocará una gran inseguridad que puede afectar incluso a nivel laboral.

Síntomas de la luz de gas

Otra forma de identificar la luz de gas es atendiendo a los síntomas que suelen aparecer en la persona que está siendo víctima de esta forma de abuso. Estos son algunos aspectos a los que hay que prestar atención.

  • Dudas sobre si realmente eres demasiado sensible.
  • Te cuestionas continuamente tus ideas, y tus acciones, incluso tu salud mental.
  • Te disculpas constantemente por cualquier cosa.
  • Excusas los comportamientos de tu pareja ante familia y amigos.
  • Dudas de tu valía y tus capacidades en todos los niveles.
  • Te cuesta tomar decisiones.
  • Mientes conscientemente para adaptar tu realidad o para no dar explicaciones.
  • Aunque aparentemente todo parece ir bien, no te sientes feliz.
  • Aparecen sentimientos de culpabilidad.
  • Llegas a creer que tú eres una persona tóxica y abusiva.
  • Experimentas sensaciones de irrealidad o sientes que ya no eres tú.

Para escapar de la luz de gas, la información es poder. Si sospechas que estás siendo víctima de esta manera tan destructiva de maltrato, comienza escribiendo un diario donde relates los sucesos objetivos del día a día. Puede ser una gran tabla salvavidas. El segundo paso es alejarse de esa persona. En cualquier caso, lo más recomendable es acudir a un psicoterapeuta profesional que te puede ayudar a recuperarte de todos los daños emocionales sufridos.

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Guillermo Orozco

Guillermo Orozco

Psicólogo en Las Palmas de Gran Canaria. Graduado por la UNED y Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en trastornos de ansiedad y trastornos del estado de ánimo. Experto en Terapia de Pareja y Terapia Online.

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