La EMPATÍA: ¿Qué es y cómo desarrollarla para una vida plena? ♡

¿Qué es la empatía y cómo desarrollarla?

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La empatía es una capacidad emocional que permite a una persona ponerse en el lugar de los demás para entender los sentimientos que están experimentando en determinadas situaciones. Dicho con otras palabras, es el sentimiento de identificarse con otra persona y compartir sus emociones. Es uno de los elementos de la inteligencia emocional junto a la autoconciencia y autorregulación emocional, la motivación y las habilidades sociales. Además, está relacionada con aspectos como la escucha activa, la comprensión, el apoyo o la conciencia social.

La empatía es diferente de la simpatía y de la compasión. La simpatía implica ser consciente de las emociones de otra persona sin necesidad de experimentarlas visceralmente. Por el contrario, la compasión suele llevar a la persona, no solo a sentir el dolor ajeno, sino también a hacer todo lo posible por aliviar su sufrimiento.

Por qué es importante la empatía

Desde que se defiende la existencia de diferentes tipos de inteligencia (lingüística, espacial, lógico-matemática, musical, etc.), muchos autores han entendido la empatía como una parte fundamental de la inteligencia interpersonal. Se trata de una capacidad que permite entender a los demás, relacionarse de manera más saludable y beneficiosa, así como asumir y respetar normas sociales. Es fundamental también para resolver conflictos de forma productiva y pacífica. Por otra parte, gracias a que nos permite comprender mejor a los demás, la empatía nos ayuda a tomar decisiones más meditadas, sin dejarnos llevar por nuestros impulsos.

Pero es un rasgo que no solo tiene beneficios en lo que se refiere a interacciones sociales. Al estar relacionada con unas mejores habilidades sociales y una mayor capacidad de resolución de problemas, también contribuye a tener una buena autoestima. Una empatía bien desarrollada nos hace personas más justas y tolerantes. Nos permite conectar mejor con los demás, y ganarnos el respeto de las personas que nos conocen.

La empatía, ¿nace o se hace?

Según los estudios, las personas no nacemos con la capacidad de la empatía. Es una habilidad interpersonal que se comienza a desarrollar en la infancia, a medida que el niño adquiere habilidades intelectuales, emocionales y sociales. Lo que se conoce como “empatía primitiva” comienza a desarrollarse en los bebés, en torno a los tres meses de edad. Tiene una función adaptativa para facilitar el vínculo afectivo con los adultos que le están cuidando.

La empatía reside en las famosas neuronas espejo, unas neuronas específicas que poseen los humanos y los primates, y que son las responsables de que seamos capaces de identificar e imitar el estado emocional de otras personas. Es una característica biológica que tiene que combinarse con una adecuada socialización para poder desarrollar un buen nivel de empatía.

Puede estar más o menos desarrollada en las personas dependiendo de sus capacidades individuales, de forma similar a los diferentes tipos de inteligencia. La ausencia de empatía puede darse por muchos factores, como abusos durante en la infancia, privación de afecto, problemas neurológicos o psicológicos. Asimismo, la carencia total de esta capacidad suele estar relacionada con algún tipo de trastorno, como la personalidad narcisista, la personalidad límite o algunos trastornos del espectro autista. En los casos más graves, la falta de empatía puede dar lugar a actos de desobediencia de las normas o el ejercicio de la violencia. Esto ocurre con la sociopatía, la psicopatía o el trastorno antisocial.

Cómo desarrollar la empatía

Como vemos, la empatía es una capacidad que, en la mayoría de los casos, se puede trabajar y desarrollar. Para ello, se pueden llevar a cabo una serie de tareas o hábitos.

Ejercitar la escucha activa

La escucha activa es una técnica de comunicación que fue descrita por el psicólogo Carl Rogers. Permite escuchar y comprender lo que nuestro interlocutor nos está diciendo, al mismo tiempo que le transmitimos que estamos entendiendo su mensaje en profundidad. Aunque parezca algo muy básico, la realidad es que a menudo, en el día a día, nos limitamos a oír, más que a escuchar y entender. La escucha activa conlleva una implicación emocional y, por lo tanto, un mayor nivel de conexión. Es posible desarrollar esta habilidad de forma consciente para lograr una mayor capacidad de empatía. Se trata de escuchar a los demás con plena atención, interiorizando lo que nos dicen, en lugar de estar pensando en lo que nosotros queremos decir a continuación.

Derrotar prejuicios

Todos tenemos prejuicios. Es un rasgo para la supervivencia de nuestro cerebro, programado para sacar conclusiones rápidas y automatizadas. Sin embargo, en una sociedad heterogénea como la actual, este sesgo ya no resulta útil, sino todo lo contrario. Por eso, conviene que reflexionemos sobre nuestros prejuicios para racionalizarlos y trabajar en ellos. Las personas con empatía no juzgan a los demás, practican la tolerancia y el respeto, incluso si los demás toman decisiones con las que no están de acuerdo.

Hacer voluntariado

Formar parte de alguna actividad que requiera colaborar y trabajar en grupo es una manera muy eficaz de desarrollar la empatía. Hacerse voluntario en una ONG, en entidades públicas o en asociaciones, sea cual sea el sujeto de sus acciones, aporta a los involucrados una visión más amplia de la realidad. No solo se está brindando ayuda a quienes más lo necesitan. También permite comprender otras situaciones menos favorables, y nos empuja a ser más agradecidos con lo que tenemos.

Cine y literatura

Vivir otras historias a través de películas y libros también puede contribuir al desarrollo de la empatía. Esto se ha comprobado a través de estudios con resonancias magnéticas llevados a cabo en la Universidad de Stanford. Los científicos pudieron ver que, cuando una persona se encuentra inmersa en un texto de ficción, se van activando áreas del cerebro relacionadas con lo que los personajes están experimentando. Incluso verificaron que se activaban neuronas relacionadas con sensaciones, cuando se describía una textura o un olor, o las neuronas motoras, si se relataba una acción o movimiento.

Autoconocimiento

Entenderse a uno mismo es fundamental para poder comprender a los demás. La autoestima y el amor propio nos permiten tener empatía con nosotros mismos, ser amables con nuestros sentimientos y decisiones. Solo así podemos brindarle este mismo trato a los demás.

Las personas que juzgan demasiado, que no escuchan a los demás, que no tienen gestos amables, que sienten que sus problemas son únicos y que nunca hacen nada por nadie sin esperar nada a cambio, están mostrando falta de empatía. Si creen que necesitas desarrollar esta capacidad para conseguir una mejor versión de ti, anímate a consultar con un psicoterapeuta profesional para que te guíe en el proceso.

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Guillermo Orozco

Guillermo Orozco

Psicólogo en Las Palmas de Gran Canaria. Graduado por la UNED y Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en trastornos de ansiedad y trastornos del estado de ánimo. Experto en Terapia de Pareja y Terapia Online.

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