¿Cómo recuperar la llama de la pasión?
En un post anterior hablaba sobre si era posible recuperar la pasión perdida en la pareja, llegando a una conclusión afirmativa. En esta nueva entrega, os doy algunas pautas sobre lo que podemos hacer para recuperar la llama de la pasión en nuestra relación de pareja.
Comunicarse es primordial
La comunicación es el secreto para una vida en pareja saludable. Aprender a expresar nuestras emociones, sentimientos y necesidades de una forma asertiva enriquecerá nuestra vida en pareja. Y esta comunicación se hace aún mas necesaria cuando hablamos de temas tan personales como son el deseo, la pasión y el sexo. Hay una enorme variabilidad interpersonal a la hora de entender y disfrutar las relaciones íntimas en pareja. Así que el hecho de expresar sin tapujos las fantasías, deseos e inquietudes sexuales puede convertirse en el puente hacia la pasión perdida.
Pero la comunicación debe ser necesariamente eficaz, respetuosa y tolerante. Si nuestra pareja intuye que estamos juzgando o criticando sus necesidades, se cerrará como una ostra. Esto hará que no podamos acceder a la preciada perla que alberga en su interior. Por eso tendremos que ser muy cuidadosos cuando empecemos a tratar con nuestra pareja los temas sexuales. Y al mismo tiempo abrir nuestra mente para poder experimentar sin censuras las propuestas de nuestro compañero.
Adaptarse al momento vital de cada uno
Las personas estamos en constante evolución, y nuestra sexualidad también, por tanto, nuestras necesidades varían dependiendo del momento vital. Ser conscientes y adaptarse a estos cambios, en nosotros y en nuestra pareja, es fundamental. Para ello la comunicación vuelve a ser imprescindible.
Estos cambios personales se juntan con los cambios en nuestro entorno: largas jornadas de trabajo, el nacimiento de los hijos, compromisos familiares… Todo ello provoca que la rutina se apodere de nuestra relación, y se prioriza cualquier cosa antes que la sexualidad, la cual pasa a un segundo plano.
Las relaciones sexuales se convierten entonces en algo secundario, donde la comodidad de la práctica rutinaria hace que se pierda la chispa.
Conocer las necesidades de nuestra pareja y salir de la rutina es el objetivo
Para escapar del hastío de una relación sin chispa, tenemos que empezar a provocar las situaciones que antes surgían espontáneamente. Tendremos que buscar un espacio y momento para compartir la intimidad con nuestra pareja, no solo sexual, sino también puramente afectiva. En ese espacio y momento se debe compartir y disfrutar, si para alguno de los dos se convierte en obligación no funcionará. Tampoco si se acude a ese momento con expectativas únicas de practicar el coito, ya que lo importante es compartir caricias y afecto. De hecho, es recomendable no tener relaciones completas durante las primeras prácticas, ya que le dará más morbo al encuentro.
Lo ideal sería que, en ese momento especial, se compartan abrazos, masajes sensuales, caricias, confidencias… y con 30’ sería más que suficiente.
Preparar el encuentro y provocar la magia
Al principio de las relaciones cualquier momento y lugar era idóneo para un encuentro sexual, pero al tiempo ya no es así. Pero no debemos pensar que la magia se ha acabado, solamente es que ahora debemos provocarla nosotros.
Podemos usar estímulos para cada uno de los sentidos, velas, aromas, música sugerente, ropa de cama, iluminación, ropa interior sugerente, una cena ligera y afrodisíaca… Todo ello provoca que nuestro deseo se despierte y crea el ambiente propicio para empezar con los juegos sexuales.
No te lo tomes demasiado en serio, es “solo” sexo
Debemos recordar que lo más importante es disfrutar con nuestra pareja, no hay que proponerse metas u objetivos muy estrictos.