¿Conoces el término infidelidad emocional? Tendemos a pensar que la infidelidad solo se puede considerar como tal cuando uno de los miembros de la pareja mantiene relaciones sexuales con otra persona. Sin embargo, también puede hablarse de infidelidad emocional o afectiva cuando no implica un encuentro físico, pero sí se rompe el acuerdo de lealtad y exclusividad aceptado por ambas partes al inicio de la relación.
¿En qué consiste la infidelidad emocional?
Aunque cada pareja tiene sus propios límites y sus reglas, la infidelidad sigue siendo uno de los principales motivos de ruptura, ya que suele acarrear una fuerte decepción y un gran dolor psicológico. Cuando pensamos en infidelidad solemos pensar en un contacto físico con una tercera persona, desde un beso hasta un encuentro sexual. Pero la realidad es que la infidelidad afectiva también puede ser un factor desencadenante de una crisis de pareja. De nuevo, la gravedad que se conceda dependerá de la persona. Hay quienes creen que un vínculo emocional no es infidelidad, pero para otros, puede ser mucho más doloroso que un encuentro sexual esporádico. Al fin y al cabo, la intimidad física es una elección consciente, mientras que las emociones intensas hacia otra persona, pueden ser incontrolables. Sin embargo, hasta llegar a ese punto tienen que darse algunos factores detonantes.
¿Cuándo se puede considerar infidelidad emocional?
Se considera que se está produciendo una infidelidad afectiva cuando uno de los miembros de la pareja experimenta momentos de intimidad emocional con otra persona, siempre y cuando esto rompa el acuerdo de la pareja. En la mayoría de los casos, este acuerdo se sobreentiende, dado que vivimos en un sistema en el que la monogamia y la fidelidad son la norma aceptada. Por lo tanto, no se suelen pactar explícitamente estos límites porque se tienden a dar por sentado. Remarcar aquí, que verbalizar de manera clara y sincera lo que se espera de la otra persona en el proyecto de pareja, es algo más que recomendable para evitar desengaños futuros. En cualquier caso, se puede considerar que una aventura puramente afectiva es infidelidad, cuando la otra persona siente que se está traicionado el vínculo de pareja. Esto puede ocurrir de diferentes formas y con distintos niveles.
- Experimentar sentimientos románticos por una tercera persona.
- Mantener una conexión especial con alguien, que va más a allá de una amistad. Puede ser de forma virtual, o con una persona que se conoce físicamente.
- Invertir tiempo, energía e ilusión (a veces en detrimento de la pareja) por hablar o pasar tiempo con esa persona.
- Compartir más experiencias, emociones y pensamientos con esa persona que con la pareja.
- Enamorarse de otra persona, sin haber tenido contacto físico.
Estas situaciones de intimidad emocional suelen generar un vínculo fuerte entre las personas involucradas, por lo que pueden considerarse una etapa previa a la intimidad física. Es decir, que la infidelidad afectiva puede dar lugar a la infidelidad sexual.
Causas de la infidelidad emocional
A la infidelidad emocional no se llega de la noche a la mañana, como sí puede pasar con la física. Requiere tiempo, constancia y predisposición, por eso puede asociarse a problemas en la pareja. Las causas pueden ser muy variadas, pero una de las más frecuentes es la falta de afectividad y cariño. Si dentro de la pareja no hay ternura, afecto o confianza, uno de los miembros, o los dos, termina buscándolo en otra persona. A veces, se debe a una falta de comunicación, a algún tipo de rencor sin resolver, o puede que alguno de los dos muestre un tipo de apego evitativo.
Las relaciones sanas, construidas sobre bases sólidas, raramente se enfrentan a un fracaso por una infidelidad afectiva. Cuando la pareja mantiene un vínculo sano, su comunicación es fluida y ninguno de los dos tiene miedo por expresar los aspectos que no le gustan de la relación, ni de proponer maneras para mejorarla. Por lo tanto, si vamos al fondo de la cuestión, podría decirse que la principal causa de este tipo de infidelidad es un problema de comunicación.
Las redes sociales y la infidelidad afectiva
Antes, las infidelidades más habituales eran las de tipo sexual, y ocurrían fuera del hogar compartido, en un viaje de empresa o en el puesto de trabajo. Los amantes tenían que encontrarse a escondidas, inventando excusas para justificar ausencias, viajes imprevistos e incluso llamadas sospechosas. Todo era más complicado y estresante hasta que llegaron las nuevas tecnologías, los teléfonos móviles, internet en todos los rincones y las redes sociales. Aunque la infidelidad sexual sigue teniendo una gran prevalencia en las parejas de todo el mundo, los avances tecnológicos han dado alas a la infidelidad emocional. Existen tantos canales de comunicación virtual, que hoy día resulta mucho más fácil intimar y conectar a nivel emocional con otras personas.
A veces el problema es que, para quien comete esta infidelidad, solo es un entretenimiento. Algunas personas hacen uso de las redes sociales o las aplicaciones de contactos, para aumentar su autoestima y comprobar si siguen considerándose atractivos e interesantes para otras personas. También hay quien necesita compartir su mundo interior más allá de su pareja, tal vez por no sentirse validado dentro de la relación. El problema es que la intimidad afectiva a través de un chat puede dar lugar a otro tipo de infidelidad, como el sexo virtual, y de ahí al encuentro sexual físico.
La infidelidad emocional puede ocurrir también fuera de las redes, con alguna persona cercana con la que se ha ido estrechando poco a poco el vínculo. Pero en estos casos, la persona implicada suele ser más consciente de los riesgos a los que se enfrenta.
¿Se puede detectar una infidelidad emocional?
Este tipo de engaño no está causado, como decíamos, por cuestiones sexuales, sino por dificultades previas de índole afectiva dentro de la pareja. Por lo tanto, las señales también apuntan a lo emocional. Por ejemplo, se puede percibir falta de confianza e intimidad en la pareja, y distancia emocional. Otro punto alarmante puede ser que la pareja ya no comparte lo que le ocurre en el día a día. Esto no significa que se esté produciendo una deslealtad, pero cualquiera de esas señales pueden indicar que algo no va bien en la relación.
Para prevenir la infidelidad emocional, es crucial desarrollar una buena comunicación de pareja y trabajar día a día la confianza, el cariño y la amistad. También es importante estimular la relación para evitar caer en la rutina, y fomentar el descubrimiento conjunto de nuevas experiencias.
Si la infidelidad emocional ya se ha producido, dependerá de la pareja tomar una determinación sobre lo que desean hacer con respecto a su relación. Si ambos tienen la