ANSIEDAD y depresión: las grandes diferencias entre ambas ★

Las grandes diferencias entre ansiedad y depresión

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Los problemas de salud mental como ansiedad y depresión representan el 12% del total de enfermedades neuropsiquiátricas diagnosticadas en los países de economías desarrolladas. Así mismo, suponen el 8% del total de la pérdida de calidad de vida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la tercera causa de morbilidad, junto a los accidentes de tráfico y las enfermedades coronarias. También es la primera causa de incapacidad. En España se estima que hay un millón y medio de personas que padecen este trastorno. De hecho, se calcula que en torno al 25% de las mujeres y entre el 7 y 12% de los hombres, padecerán en algún momento de sus vidas un episodio depresivo.

Los trastornos de ansiedad también afectan más a las mujeres. Los datos que proporciona la OMS revelan que los hombres tienen la mitad de probabilidades de padecer ansiedad a lo largo de su vida. El inicio de este trastorno se encuentra entre los 20 y los 40 años, y el riesgo a desarrollarlo va disminuyendo a medida que aumenta la edad. Sin embargo, puede dar lugar a otras formas de ansiedad generadas por estados depresivos.

Ansiedad y depresión son los trastornos de la salud mental más frecuentes

Entender las diferencias entre ansiedad y depresión es importante para identificar el origen de nuestro malestar y poder encontrar el mejor tratamiento. Pero no siempre es fácil, ya que algunos síntomas pueden ser similares. Incluso las causas que desencadenan un trastorno u otro pueden ser las mismas. Ante un mismo evento, una persona puede reaccionar de manera ansiosa o depresiva, dependiendo de su personalidad, su temperamento o sus experiencias vitales. Ambas patologías son una manera de intentar adaptarse al entorno, al fin y al cabo, aunque de manera incorrecta. Vamos a ver cuáles son sus principales diferencias.

Diferencias entre ansiedad y depresión

Tanto la depresión como la ansiedad son maneras de reaccionar ante episodios emocionalmente intensos, externos o internos. Lo que cambia es la manera de interpretarlos. Así, si la mente interpreta un evento como una amenaza, entonces se dispara el sistema de alerta, provocando todos los síntomas propios de la ansiedad. Si, por el contrario, se percibe como un fracaso o una pérdida irremediable, se activarán los procesos mentales que desencadenan la depresión. A grandes rasgos, estas son las principales diferencias entre ambos trastornos.

Diferentes emociones

Las emociones que tienden a provocar la ansiedad y la depresión son diferentes. Por lo general, como he comentado antes, la ansiedad aparece cuando la persona que la sufre se siente amenazada por un peligro, real o imaginario, externo o interno. Entonces el miedo y la alerta es la emoción que prevalece, además de un estado constante de preocupación. También son muy frecuentes las rumiaciones, esos pensamientos negativos y obsesivos a los que la persona ansiosa no puede dejar de darle vueltas. En algunos casos, la ansiedad puede derivar en otras patologías, como trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), fobias, trastornos de la conducta alimentaria (TCA) o trastornos de pánico.

En la depresión no hay lugar para el miedo y no suele haber preocupaciones, porque el paciente tiende a desvincularse del entorno. El sentimiento que lo suele abarcar todo es la tristeza, la melancolía y la falta de motivación.

Síntomas

Estas dos patologías, aunque son de origen psicológico, a menudo se somatizan en el cuerpo, especialmente en el caso de la ansiedad. Esta se suele manifestar a nivel fisiológico de forma muy evidente, provocando numerosos problemas digestivos, dolor de cabeza, fatiga, mareos, sudoración, tensión muscular, temblores o problemas de insomnio.

Los estados depresivos suelen provocar más desajustes a nivel anímico y cognitivo, como falta de concentración, desmotivación, falta de autoestima, sentimientos de culpabilidad o sensación de fuerte decaimiento.

Causas

Otra diferencia destacable son los factores que desencadenan ambas patologías. Las causas de la ansiedad pueden ser mucho más amplias y variadas, casi siempre presentes en la vida cotidiana. Generalmente, se trata de factores externos difícilmente controlables, como pueden ser problemas económicos, familiares, laborales, o de cualquier otra índole. También el consumo de determinados medicamentos o sustancias puede desembocar en crisis de ansiedad.

La depresión, por el contrario, puede tener un origen endógeno, es decir sin una causa desencadenante clara. Puede aparecer tras un suceso concreto (por ejemplo, un duelo o una enfermedad), o manifestarse sin más por algún tipo de desequilibrio químico.

Capacidad de disfrute

Los trastornos de ansiedad no tienen por qué afectar a la capacidad de disfrute de la persona afectada, que puede seguir sintiendo placer con las actividades del día a día, aficiones, música, sexo, comida, etc. Aunque es verdad que su estado de alerta constante puede provocar dificultades para disfrutar plenamente, todo dependerá de que el entorno sea o no favorable.

Los pacientes con depresión, por el contrario, suelen presentar lo que se conoce como anhedonia, es decir, la incapacidad de experimentar placer y de encontrar satisfacción en actividades de la vida. Está relacionada con desajustes en los neurotransmisores, y no depende de estímulos externos.

Un trastorno puede derivar en otro

El trastorno de ansiedad prolongado en el tiempo, (y también puede ocurrir con el estrés) no solo provoca una disminución de la calidad de vida. También puede generar daños en el cerebro, por un fuerte desequilibrio de los neurotransmisores y la activación constante y extrema de áreas como la corteza prefrontal o la amígdala. Por ello, es frecuente que los pacientes con ansiedad terminen desarrollando un desorden depresivo de mayor o menor intensidad.

Ansiedad y depresión pueden darse al mismo tiempo

Es posible sentirse triste y, a la vez, experimentar una constante angustia. De hecho, el trastorno depresivo con ansiedad es uno de los más diagnosticados, y una gran parte de los pacientes que presentan un cuadro depresivo, presentan también niveles de ansiedad elevados. Es un fenómeno que los expertos llaman ‘comorbilidad’, un término que hace referencia al hecho de padecer dos enfermedades diferentes a la vez. Los mecanismos biológicos y las estructuras cerebrales implicadas en la ansiedad y en la depresión son comunes en la mayor parte, por eso son dos patologías que suelen darse juntas.

Si te has identificado con alguna o varias de las descripciones, puede que estés sufriendo ansiedad y depresión, en cuyo caso debes saber que puedes superarlo. No dudes en acudir a un profesional que te ayudará a encontrar la causa y a desarrollar las herramientas necesarias para afrontar cualquier dificultad.

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Guillermo Orozco

Guillermo Orozco

Psicólogo en Las Palmas de Gran Canaria. Graduado por la UNED y Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en trastornos de ansiedad y trastornos del estado de ánimo. Experto en Terapia de Pareja y Terapia Online.

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