La ansiedad es una emoción con muy mala prensa, y realmente se lo ha ganado a pulso.
La ansiedad es uno de los trastornos mentales más habituales y sus síntomas son altamente incapacitantes. Pero no toda la ansiedad es mala, es solo falta de rigor a la hora de hablar sobre ella.
Si no sintiéramos ansiedad nos presentaríamos a las entrevistas de trabajo sin haberlas preparado o iríamos al examen de final de semestre y, como es una asignatura tremendamente aburrida, nos dormiríamos haciéndolo. También podría ocurrir que, como estamos viendo la última temporada de La Casa de Papel, no cumpliríamos el plazo de ese proyecto crucial que el jefe nos encargó.
Es por este tipo de cosas que, para mantenernos alerta y concentrados, y poder enfrentarnos a las situaciones amenazadoras o difíciles, un “puntito” de ansiedad es necesario.
El problema surge cuando las sensaciones de temor y preocupación que acompañan a la ansiedad se dilatan en el tiempo, o son tan intensas que se vuelven insoportables. Esto provocaría que nos bloqueáramos en la entrevista de trabajo y no pudiéramos articular palabra o que estuviéramos tan nerviosos en el examen que tendríamos que abandonarlo con taquicardia, mareos y sudoración.
Podríamos pasarnos una semana sin dormir pensando en los proyectos que tenemos que entregar en la oficina, y obsesionados, además, con que nos van a despedir. Es en este momento cuando la ansiedad deja de ser adaptativa y necesaria, para convertirse en un trastorno de ansiedad.
ALGUNOS SINTOMAS DE LA ANSIEDAD
Los síntomas de la ansiedad se producen principalmente a tres niveles, siendo nuestro pensamiento, nuestro cuerpo y nuestro comportamiento afectados por esta.
La ansiedad nos hace que estemos constantemente dándole vueltas a la cabeza y preocupándonos sobre todo tipo de cosas: familia, trabajo, nuestras propias sensaciones físicas, la salud… Provocando sensaciones de pérdida de control, temor, inseguridad, etc.
Nuestro cuerpo reacciona a la ansiedad con diferentes cambios de los cuales somos conscientes solo de unos pocos, como el aumento de la tasa cardíaca, tasa respiratoria, sudoración, temperatura periférica y tensión muscular, entre otros síntomas. Pero también provoca cambios hormonales y en los neurotransmisores que nos afectan más a largo plazo.
La persistencia de los síntomas físicos provoca problemas fisiológicos como dolores de cabeza, problemas sexuales, contracturas musculares, disfunciones gástricas, insomnio, etc.
La ansiedad también modifica nuestro comportamiento de las formas más variopintas, yendo de la hiperactividad al bloqueo y evitación de actividades, pasando por el consumo de sustancias (tabaco, comida, drogas…), incluso llegando al llanto y expresiones emocionales intensas.
Todos estos síntomas y cambios afectan en niveles soportables y necesarios a todas las personas prácticamente a diario, y forman parte de la “salsa” de la vida, ya que nos hace sentir los acontecimientos con más intensidad, y como ya hemos dicho, nos preparan para enfrentarnos a situaciones difíciles y amenazadoras.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Todos conocemos a gurús, charlatanes y curanderos que aseguran acabar con tu ansiedad y eliminarla con técnicas poco menos que milagrosas. Además de engañarte, la solución que te ofrecen es convertirte en un robot sin sentimientos ni reacciones naturales.
Estas personas lo que están haciendo es aprovecharse de tu vulnerabilidad actual. Usando el sufrimiento que estás pasando para enriquecerse a tu costa.
La ansiedad no se elimina, ni falta que hace, el objetivo es conseguir que tu vida recupere el sentido, que puedas vivir con la ansiedad justa y necesaria para llevar a cabo todos tus objetivos y disfrutarlos.
¿CÓMO PODEMOS HACERLO?
Para alcanzar ese equilibrio justo entre sufrimiento y bienestar, es necesario trabajar en ello, las curas milagrosas no existen, te lo aseguro. La buena noticia es que, con un poco de esfuerzo y constancia, y con la ayuda de profesionales preparados y honestos, el éxito está prácticamente asegurado.
Así que ya sabes, si tus reacciones emocionales son desproporcionadas y te provocan un fuerte malestar, haciendo que no puedas llevar la vida que deseas, estoy seguro de que puedo ayudarte.
Soy psicólogo en Las Palmas de Gran Canaria, especializado en problemas de ansiedad y del estado de ánimo. Tengo las herramientas que necesitas para alcanzar el bienestar que necesitas en el menor tiempo posible.
Solicita la primera consulta lo antes posible. Juntos trazaremos un plan de acción para mejorar tu calidad de vida.